Ilustración: Marta Pucci
Cómo sucede *realmente* el embarazo
¿Qué es la concepción?
Cosas importantes a saber sobre la concepción:
La concepción es mucho más compleja que el simple "encuentro entre el espermatozoide y el óvulo".
Solo una pequeña fracción de los espermatozoides que entran en la vagina llegan a las trompas de Falopio.
Después de la fecundación, el óvulo tarda unos 10 días en llegar al útero y implantarse.
Puedes utilizar Clue Concibe para obtener predicciones personalizadas sobre cuándo tener relaciones sexuales o realizar la inseminación.
La concepción: una compleja cadena de acontecimientos
Muchos de nosotros crecimos escuchando la versión básica: el espermatozoide se une al óvulo, el óvulo llega al útero y ¡bum!: comienza el embarazo. Aunque técnicamente es cierto, esta versión omite los numerosos pasos y procesos biológicos que deben darse de forma precisa para que se produzca la concepción.
En este artículo, desglosamos paso a paso lo que ocurre en el cuerpo, desde la ovulación hasta la implantación, tanto para las personas que conciben mediante relaciones sexuales vaginales como para aquellas que recurren a otras formas de reproducción asistida (como la inseminación artificial). Aunque algunos de estos procesos aún se están estudiando (especialmente los que tienen lugar dentro del tracto reproductivo), te explicaremos lo que saben los investigadores en la actualidad.
¿Qué es la concepción?
La concepción es el proceso por el cual un solo espermatozoide fertiliza un óvulo y el óvulo fertilizado resultante (cigoto) viaja al útero y se implanta en el revestimiento uterino. Incluye tanto la fertilización como la implantación, y ambas deben ocurrir para que el embarazo comience oficialmente (1).
Cronología de la concepción
Ovulación: liberación del óvulo
La ovulación es la liberación de un óvulo maduro por parte del ovario, normalmente alrededor de la mitad del ciclo menstrual (1). Unas estructuras similares a dedos llamadas fimbriae transportan el óvulo y lo guían hacia la trompa de Falopio, donde puede encontrarse con el espermatozoide (1).
Si estás intentando concebir, es fundamental que conozcas el momento de tu ovulación. Clue Concibe puede ayudarte a predecir tu ventana fértil con mayor precisión.
El cuello uterino y la vagina se preparan para el esperma
Antes de la ovulación, los niveles de estrógeno aumentan y el cuello uterino produce cantidades crecientes de secreción cervical (1,2). Dado que la secreción cervical sigue patrones constantes y reconocibles a lo largo del ciclo menstrual, estos cambios pueden ofrecer pistas útiles sobre en qué momento del ciclo te encuentras y cuándo podrías ser fértil (3).
Esta secreción cambia de textura a lo largo del ciclo menstrual:
Después de la regla: poco o ningún fluido
Antes de la ovulación: fluido espeso, pegajoso o cremoso (2)
Alrededor de la ovulación: transparente, elástico, resbaladizo, similar a la clara de huevo cruda (2)
Después de la ovulación: fluido espeso y pegajoso (1)
Esta secreción cervical fértil ayuda a los espermatozoides a sobrevivir y nadar hacia el útero. Los espermatozoides se desplazan mejor en esta secreción cervical, que proporciona un entorno más acogedor al reducir temporalmente la acidez natural de la vagina (1).
El útero se prepara para la implantación
Después de la menstruación, el aumento de los niveles de estrógeno ayuda a reconstruir el endometrio (revestimiento uterino) (2). Una vez que se produce la ovulación, la progesterona toma el relevo y provoca una serie de cambios para que el útero sea más acogedor para un óvulo fecundado:
Las células endometriales dejan de dividirse y comienzan a crecer.
Se desarrollan más vasos sanguíneos para favorecer la posible implantación.
Se liberan pequeñas secreciones ricas en azúcar para nutrir al embrión que llega (2).
Estos cambios ayudan a crear el entorno ideal para la implantación.
¿Qué hacen los espermatozoides después de la eyaculación?
Durante las relaciones sexuales sin protección, se eyaculan millones de espermatozoides en la vagina. La mayoría no llegan muy lejos. Solo una pequeña fracción logra pasar el cuello uterino y llegar al útero (1).
Para los que lo consiguen, es el útero (¡no las colas de los espermatozoides!) el que realiza gran parte del trabajo para impulsarlos hacia adelante (1). Las contracciones (provocadas en parte por la hormona oxitocina liberada durante el coito) y unas pequeñas estructuras similares a pelos llamadas cilios ayudan a guiar a los espermatozoides hacia las trompas de Falopio (1).
El útero contra los espermatozoides
Una vez dentro del útero, los espermatozoides desencadenan una respuesta inmunitaria (1,4). Los glóbulos blancos atacan y destruyen a muchos de ellos, especialmente a los más débiles o anormales (1,4). Algunos espermatozoides pueden incluso llegar a la trompa de Falopio equivocada, donde no hay ningún óvulo (1).
Todo esto reduce drásticamente el campo: solo unos pocos cientos de millones de espermatozoides pueden llegar al lugar de la fecundación (1).
Fecundación: cuando el espermatozoide se encuentra con el óvulo
Si un espermatozoide encuentra el óvulo en la trompa de Falopio, debe pasar por dos procesos:
Capacitación: un cambio bioquímico que prepara al espermatozoide para fecundar el óvulo
Hiperactivación: un cambio en el movimiento de la cola del espermatozoide, que le da más impulso (1)
El óvulo y la secreción que lo rodea liberan señales que guían al espermatozoide hacia el lugar correcto, entre las que pueden incluirse señales térmicas o químicas (1).
Cómo entra el espermatozoide en el óvulo
Para fertilizar el óvulo, el espermatozoide tiene que superar dos capas protectoras:
El cúmulo ovárico: un grupo de células que rodea el óvulo. Los espermatozoides liberan enzimas que ayudan a descomponer estas células, lo que les permite acercarse (1).
La zona pelúcida: la membrana externa del óvulo. Un espermatozoide utiliza más enzimas para unirse a esta capa y atravesarla (1).
Una vez que un espermatozoide se fusiona con éxito con la membrana del óvulo, este bloquea a todos los demás (1). El núcleo del espermatozoide se fusiona con el del óvulo, formando un cigoto con todo el material genético necesario para convertirse en un ser humano (1).
Concepción vs. implantación: ¿qué ocurre después?
Tras la fecundación, el cigoto viaja por la trompa de Falopio durante unos 10 días. A medida que se divide y se convierte en un blastocisto, llega al útero e intenta implantarse (1).
La implantación marca el comienzo del embarazo. El revestimiento uterino libera enzimas que permiten que el blastocisto se adhiera y se implante (1).
¿Cómo se detecta la concepción?
El cuerpo comienza a producir gonadotropina coriónica humana (hCG) después de la implantación (1). Esta es la hormona que detectan las pruebas de embarazo (5).
Cuando las cosas no salen según lo previsto
La concepción es delicada y no siempre tiene éxito.
Aproximadamente entre 4 y 6 de cada 10 óvulos fecundados no logran implantarse (2,6). Estas pérdidas tempranas suelen producirse antes de que la persona sepa que está en embarazo. La mayoría de los profesionales sanitarios no las consideran abortos espontáneos, ya que, técnicamente, el embarazo comienza con la implantación.
Para las personas que recurren a las técnicas de reproducción asistida (que se comentan más adelante), cada embrión puede tener un profundo significado emocional. Cuando un embrión no se implanta, puede suponer una pérdida muy dolorosa, aunque no se defina clínicamente como un aborto espontáneo.
En casos poco frecuentes, el óvulo fecundado se implanta fuera del útero, normalmente en la trompa de Falopio. Esto se denomina embarazo ectópico y requiere atención médica inmediata (7).
Aunque el proceso es complejo, es bastante sorprendente la frecuencia con la que nuestro cuerpo lo hace bien.
Factores que afectan a la concepción
El momento
Tus posibilidades de concebir son mayores durante el periodo fértil, los seis días previos a la ovulación, incluida esta (3). Herramientas como los kits para predecir la ovulación o el seguimiento del ciclo con Clue Concibe pueden ayudarte a identificar estos días.
Salud y estilo de vida
El tabaco, el alcohol, la dieta y los contaminantes ambientales pueden afectar a la fertilidad de personas de ambos sexos (3).
Afecciones médicas
Afecciones como el SOP, la endometriosis o las ITS no tratadas pueden dificultar la concepción. Si llevas un año intentando quedarte en embarazo (o seis meses si tienes más de 35 años), plantéate consultar a un especialista en fertilidad (8).
Concepción con FIV, IIU y otros métodos
Cuando la concepción no se produce de la forma tradicional, existen procedimientos avanzados o técnicas de reproducción asistida (TRA) que pueden ayudar a que el óvulo y el espermatozoide se encuentren.
La inseminación intrauterina (IIU) es un tipo de inseminación artificial en la que el esperma se introduce directamente en el útero, sin pasar por el cuello uterino (1).
La fecundación in vitro (FIV) consiste en extraer óvulos, fecundarlos en un laboratorio y transferir un embrión al útero (1). La fecundación sigue teniendo lugar, pero fuera del cuerpo.
Otras TRA pueden implicar esperma de donantes, óvulos de donantes o gestación subrogada (1). La concepción sigue requiriendo la fecundación y la implantación, aunque estos pasos se den de forma diferente.
Síntomas de embarazo temprano
Los primeros síntomas del embarazo pueden variar, pero pueden incluir la ausencia de la menstruación, fatiga, dolor en los senos o náuseas (1,9).
Preguntas frecuentes
¿Cuánto dura el embarazo desde la concepción?
El embarazo suele durar unas 38 semanas desde la concepción, o 40 semanas desde el primer día de la última menstruación (1).
¿La concepción es el día en que quedé en embarazo?
La concepción es el día en que el óvulo es fecundado por un espermatozoide. Suele producirse entre 24 y 48 horas después de la ovulación, pero los espermatozoides pueden sobrevivir en el cuerpo hasta 6 días, lo que dificulta determinar el día exacto (1).
¿Cuándo debo tener relaciones sexuales si quiero quedarme en embarazo?
Intenta tener relaciones sexuales durante tu periodo fértil, es decir, los seis días previos a la ovulación, incluida esta. Los estudios demuestran que las posibilidades de concepción son mayores cuando se tienen relaciones sexuales (o se insemina) cada 1-2 días durante el periodo fértil (3).