Fotografía de Sora Shimazaki
Entiende la incontinencia fecal y cómo manejar las pérdidas intestinales

Este artículo ha sido patrocinado por Medtronic
Cosas importantes a saber sobre la incontinencia fecal:
La incontinencia fecal es la pérdida del control intestinal.
A menudo, las personas sienten vergüenza y miedo de hablar de sus síntomas con un profesional sanitario, pero incluso las pérdidas leves merecen ser tratadas.
Existen tratamientos disponibles, que van desde cambios en el estilo de vida y medicamentos hasta intervenciones quirúrgicas o no quirúrgicas; no tienes por qué afrontarlo solo.
Llevar un diario de los síntomas para hacer un seguimiento de tus hábitos intestinales puede ayudarte a detectar patrones y a sentirte más preparado cuando hables con un profesional sanitario.
Comprender las pérdidas intestinales
Perder el control de la vejiga o los intestinos es más común de lo que se podría pensar, pero aún así puede resultar muy aislante. Hay muchas razones por las que puede ocurrir, y ninguna de ellas es culpa tuya. Este artículo se centra en la incontinencia fecal o las pérdidas intestinales involuntarias. Para profundizar en la incontinencia urinaria, puedes leer aquí nuestro artículo sobre el tema.
¿Qué es la incontinencia fecal?
La incontinencia fecal, también llamada incontinencia de heces o incontinencia intestinal, es la pérdida involuntaria de heces sólidas o líquidas. Afecta a 1 de cada 5 mujeres (1). El riesgo de incontinencia fecal puede aumentar con la edad, el parto vaginal o por cesárea, el sobrepeso y la depresión (1). Las prácticas sexuales como el sexo anal también pueden aumentar el riesgo de sufrir pérdidas intestinales (2).
Solo un pequeño número de las personas que padecen incontinencia fecal reciben tratamiento, a pesar de que puede causar angustia y afectar a la calidad de vida (3-6).
Veamos los diferentes tipos de incontinencia fecal:
Incontinencia fecal de urgencia: pérdida de heces tras una necesidad fuerte y repentina de defecar (7)
Incontinencia fecal pasiva: pérdida de heces sin previo aviso ni desencadenantes, a menudo sin que la persona se dé cuenta (7)
¿Por qué se produce la incontinencia fecal?
Las pérdidas intestinales son complejas porque la evacuación de heces implica al sistema nervioso, los músculos y el tracto digestivo. A veces, no se puede identificar la causa exacta de la incontinencia fecal y es probable que se deba a una combinación de factores.
Las causas de la incontinencia fecal pueden incluir:
Diarrea aguda: La diarrea causada por una enfermedad, un cambio en la dieta o la medicación puede provocar pérdidas intestinales repentinas. Las personas con síndrome del intestino irritable o enfermedad inflamatoria intestinal son más propensas a la diarrea y pueden experimentar más pérdidas intestinales (8-10).
Lesiones o afecciones neurológicas: Afecciones como lesiones de la médula espinal, tumores o convulsiones pueden dificultar el funcionamiento normal del músculo del esfínter anal y provocar pérdidas intestinales (8).
Traumatismos: El embarazo, el parto o la cirugía anorrectal pueden causar lesiones en el esfínter anal y/o traumatismos en el suelo pélvico que provoquen pérdidas intestinales (8).
Afecciones médicas: Ciertas afecciones médicas aumentan el riesgo de pérdidas intestinales. La diabetes puede provocar cambios en el sistema nervioso que conducen a la incontinencia fecal. Las enfermedades inflamatorias intestinales pueden alterar los hábitos y la función intestinal. Las afecciones del sistema nervioso, como la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson, pueden disminuir la sensibilidad en el recto, lo que conduce a la incontinencia fecal (8).
Relacionadas con los medicamentos: Los medicamentos pueden afectar a la función intestinal, incluidos los antiácidos, los opioides, los medicamentos para el corazón y los medicamentos para la salud mental (11). Los suplementos (como el hierro y el magnesio) también pueden influir (11,12).
Impactación fecal: El estreñimiento puede provocar la acumulación de heces duras en el intestino. Las heces más blandas pueden filtrarse alrededor de las heces impactadas y duras (incontinencia por rebosamiento) (8).
Aunque las pérdidas intestinales pueden ser comunes, las personas suelen ser reacias a hablar de ellas. Un estudio demostró que menos de 3 de cada 10 mujeres que sufren incontinencia fecal lo comentan con un profesional sanitario (5). Es común sentir vergüenza, frustración y ansiedad (4,5).
Muchas personas temen tener pérdidas intestinales en público, lo que puede limitar su calidad de vida (5). Las pérdidas intestinales también pueden afectar a las relaciones y a la vida sexual. Las investigaciones han demostrado que el deseo y la satisfacción sexuales pueden verse afectados negativamente por la incontinencia fecal (13).
A quiénes afecta (y a menudo se suele pasar por alto)
La incontinencia puede afectar a cualquiera, pero hay algunos factores que aumentan el riesgo de desarrollar pérdidas intestinales.
Nuevos progenitores
Durante el parto, pueden producirse lesiones en el suelo pélvico o en el esfínter anal, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir incontinencia. Ciertos factores del parto pueden aumentar aún más el riesgo de pérdidas, como tener un bebé más grande, tener un parto asistido con ventosa o fórceps, o tener una episiotomía (un pequeño corte realizado durante el parto) (8,14).
Las personas que tienen pérdidas de orina o heces durante el embarazo corren un mayor riesgo de sufrir incontinencia después del parto (14).
Personas con discapacidad y neurodiversidad
Las personas con discapacidad intelectual pueden correr un mayor riesgo de sufrir incontinencia. Factores como las limitaciones físicas o la falta de ayuda para ir al baño pueden contribuir a ello, y el diagnóstico erróneo de otras enfermedades crónicas también puede influir (15). Sin embargo, es necesario investigar más sobre la incontinencia en esta comunidad.
Los niños y adolescentes neurodiversos tienen un mayor riesgo de padecer incontinencia. Esto podría estar relacionado con diferencias en el sistema nervioso o con los efectos secundarios de la medicación (16). Sin embargo, también es necesario investigar más.
Personas con síndrome del intestino irritable o enfermedades inflamatorias intestinales
Las personas con síndrome del intestino irritable o enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, son más propensas a sufrir pérdidas de heces (9,10).
Personas en la menopausia o de edad avanzada
El riesgo de incontinencia aumenta con la edad. Un nivel más bajo de estrógenos provoca un adelgazamiento del tejido urogenital y un debilitamiento del suelo pélvico. Otros factores que cambian con la edad, como el aumento de peso o las enfermedades, también pueden contribuir a este mayor riesgo (17).
Personas afectadas por fístulas obstétricas
En algunas partes del mundo, la falta de atención durante el parto puede provocar fístulas obstétricas. Una fístula obstétrica es una abertura anómala entre la vagina y la vejiga o el recto, que provoca la pérdida de orina o heces por la vagina (18). Las fístulas obstétricas pueden repararse quirúrgicamente, pero es posible que las personas sigan padeciendo incontinencia incluso después del tratamiento (19).
¿Cómo se trata la incontinencia fecal?
El tratamiento de la incontinencia fecal suele consistir en una combinación de enfoques, dependiendo de los síntomas y las causas subyacentes. Algunas estrategias se suelen probar primero, como los cambios en la dieta o los medicamentos, mientras que otras, como los dispositivos de neuromodulación o las intervenciones quirúrgicas, se suelen considerar después de que otras opciones no hayan funcionado. Es fundamental colaborar con un profesional sanitario, pero también hay algunas medidas prácticas que tú mismo puedes tomar para ayudar a controlar los síntomas.
Diario de síntomas
Uno de los primeros pasos para tratar la incontinencia es identificar los patrones de tus síntomas. Llevar un registro de tus hábitos intestinales en un diario puede ser útil (20).
Un diario intestinal podría incluir medidas como:
Hora de las deposiciones
Cantidad de heces
Consistencia de las heces
Hora y tipo de ingesta de alimentos y bebidas
Episodios de pérdidas
Otros síntomas, como la urgencia
Una vez que hayas llevado un registro, puedes llevarlo a tu profesional sanitario. Él o ella podrá evaluar tus síntomas y elaborar un plan de tratamiento. Si deseas ayuda para comprender tus opciones de tratamiento o prepararte para una conversación con tu profesional sanitario, esta ayuda para la toma de decisiones del paciente también puede serte útil (en inglés).
Cambios en la dieta
Al llevar un diario de síntomas, también puedes hacer un seguimiento de los posibles desencadenantes de las pérdidas intestinales. Esto puede ayudarte a evitar los alimentos que empeoran los síntomas. Puede intentar aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra (como legumbres, frutas, verduras y cereales integrales) (21). Un suplemento de fibra también podría ser útil (22). Si tiendes a sufrir diarrea, es posible que desees evitar las bebidas alcohólicas, la cafeína, los alimentos picantes o grasos, los productos lácteos y los alimentos con edulcorantes artificiales (23).
Fisioterapia del suelo pélvico y biorretroalimentación
La fisioterapia del suelo pélvico puede ser una herramienta para mejorar las pérdidas intestinales. Tu fisioterapeuta del suelo pélvico evaluará tus síntomas, tu historial y tus factores de estilo de vida. Es posible que te realice exámenes abdominales, rectales o pélvicos para evaluar completamente tus músculos y tejidos conectivos. A continuación, los fisioterapeutas del suelo pélvico pueden preparar un plan de tratamiento destinado a reducir los síntomas (24).
Algunos fisioterapeutas del suelo pélvico utilizan la biorretroalimentación para comprobar la fuerza y la coordinación del esfínter anal y los músculos del suelo pélvico. La biorretroalimentación puede ayudar a la conexión entre la mente y el cuerpo necesaria para la continencia; sin embargo, las pruebas sobre su uso son limitadas (3,22,25).
Medicamentos
A veces se pueden utilizar medicamentos para tratar la incontinencia fecal, mejorando los patrones de evacuación. Para las heces blandas, se pueden recomendar medicamentos antidiarreicos como la loperamida (1). Para algunas personas, un suplemento de fibra podría ser útil (22). Para el estreñimiento crónico, un laxante o un ablandador de heces podría ayudar a ablandar y regular las deposiciones (21).
Intervenciones médicas
La irrigación transanal, o la introducción de líquido en el recto a través del ano para vaciar las heces, puede ayudar a disminuir la gravedad de la incontinencia fecal (26).
Los insertos vaginales pueden aplicar presión sobre el recto para mantenerlo cerrado y evitar fugas intestinales (22,26).
Los tapones anales pueden reducir la incontinencia fecal pasiva, pero están pensados solo para un uso ocasional (26,27).
La neuromodulación sacra (SNM) es un tipo de terapia de neuromodulación que utiliza pulsos eléctricos suaves para estimular los nervios que controlan la función intestinal. Para la incontinencia fecal, la SNM es la terapia de neuromodulación recomendada. Se coloca un electrodo cerca de los nervios sacros y un pequeño dispositivo alimentado por pilas envía pulsos eléctricos a los nervios para ayudarles a funcionar correctamente. Los impulsos no son dolorosos y puedes encender o apagar el dispositivo cuando lo necesites (21).
Estos tipos de tratamientos se suelen considerar cuando las opciones de tratamiento de primera línea no han funcionado (21,22,28).
Los agentes de aumento de volumen inyectables se utilizan a veces para tratar las pérdidas intestinales pasivas. Se han sugerido muchos tipos diferentes de inyecciones, incluyendo colágeno, ácido hialurónico y silicona. Sin embargo, las investigaciones no han demostrado de manera consistente que las inyecciones reduzcan la incontinencia fecal (3,22,27).
Cirugía
En raras ocasiones, para las pérdidas intestinales causadas por una lesión del esfínter anal o para la incontinencia fecal que no puede tratarse con otras opciones, se puede considerar la cirugía. La esfinteroplastia es una cirugía que repara un esfínter anal lesionado. Puede mejorar temporalmente los síntomas, pero el efecto suele desaparecer con el tiempo (1,3,22).
Cuándo acudir a un profesional sanitario
Si sufres incontinencia intestinal, es importante que hables con un profesional sanitario de confianza al respecto. Tu médico de cabecera puede derivarte a un gastroenterólogo (un médico especializado en el sistema digestivo) o a un coloproctólogo (un especialista en el colon y el recto).
Es especialmente importante que te pongas en contacto con tu profesional sanitario si:
La incontinencia ocurre con frecuencia o se agrava (8).
Afecta a tu bienestar o calidad de vida (8).
Tienes heces negras, rojas o con sangre (29).
Sufres incontinencia fecal además de otros síntomas, como pérdida de peso, heces con sangre o dolor abdominal (3).
No estás sola y mereces recibir atención
La incontinencia es común, pero hay ayuda disponible. Al romper el silencio sobre las pérdidas intestinales, puedes obtener un tratamiento que puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida. Hablar con un profesional sanitario de confianza es un gran primer paso en tu camino hacia la mejora de los síntomas.
Hacer un seguimiento con Clue puede ayudarte a identificar patrones. Con la categoría "Heces", puedes controlar aspectos como la consistencia de las heces y también puedes hacer un seguimiento de los posibles desencadenantes, como la dieta, el ejercicio o los medicamentos, para obtener una visión más completa de lo que podría afectar a tus síntomas.
La incontinencia no es culpa tuya y no estás sola.
Preguntas frecuentes
¿A qué tipo de médico se acude para la incontinencia fecal?
Muchas personas comienzan por acudir a un médico general (o médico de cabecera) para hablar sobre la incontinencia fecal. También puedes visitar a un cirujano o especialista, dependiendo de tus síntomas exactos y sus causas. Tu médico general puede derivarte a un gastroenterólogo o un coloproctólogo. Un dietista también puede ayudarte a realizar cambios en tu dieta para mejorar los síntomas (23,29).
¿El estrés puede causar incontinencia fecal?
El estrés afecta a nuestro cuerpo de muchas maneras. Los investigadores siguen estudiando cómo y por qué el estrés altera la función intestinal. El estrés crónico está asociado con el estreñimiento, la diarrea y la alteración de las bacterias intestinales (30). Todavía hay pocas investigaciones sobre el impacto directo del estrés en la incontinencia fecal. Llevar un registro de tu estado de ánimo en la aplicación Clue puede ayudarte a ver si los periodos de estrés están relacionados con tus síntomas intestinales.
¿Qué alimentos debo evitar si tengo incontinencia intestinal?
Los alimentos y bebidas que estimulan el intestino y provocan diarrea pueden empeorar la incontinencia fecal. Entre ellos se incluyen las bebidas alcohólicas, las bebidas con cafeína, los productos lácteos, los alimentos grasos o aceitosos y los alimentos picantes. En algunas personas, ciertos azúcares o edulcorantes pueden estimular el intestino (como la fructosa, el sorbitol, el manitol y el xilitol). A veces se utiliza fibra para tratar la incontinencia, pero las frutas y verduras con alto contenido en fibra pueden empeorar los síntomas en algunas personas. Un diario de síntomas puede ayudar a identificar los alimentos, bebidas o hábitos específicos que afectan a tus pérdidas (23).