foto de una mujer estresada con las manos en la cabeza

Foto por Franz Grünewald, dirección de arte por Marta Pucci

Tiempo de lectura: 6 min

El estrés y el ciclo menstrual

*Traducción: Kenny Rafael Delgado Arismendi

Actualizado el 20 de abril de 2020.

Todo el mundo experimenta estrés, y para la mayoría no es una experiencia agradable. No es intrínsecamente malo, aunque las investigaciones sugieren que dependiendo del tipo de factor estresante (es decir, la razón del estrés) y el momento en que se produce el estrés, puede causar cambios en el ciclo menstrual de una persona.

¿Qué es el estrés?

El estrés es una reacción psicológica y fisiológica normal a los cambios en el entorno de alguien, que puede ser emocional, físico, social o cultural (1,2).

Las actividades que promueven intencionalmente niveles agudos de estrés, como el ejercicio y la participación voluntaria en actividades sociales, pueden en realidad tener efectos positivos a largo plazo en la salud de una persona (3–6).

No obstante, cuando la mayoría de las personas hablan de estrés, suelen referirse a formas de estrés crónico y/o negativo, como tener demasiadas exigencias en la escuela/trabajo o la muerte de un ser querido (1,7). Las personas que sufren de estrés crónico pueden sentir que son incapaces de manejar las tareas de la vida diaria, que tienen un control limitado o nulo sobre la dirección de su vida o que se enfadan o irritan más fácilmente (1). Este tipo de estrés crónico puede afectar negativamente la salud de una persona a corto y largo plazo (7–9).

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Relación biológica entre el estrés y el sistema reproductivo

El estrés activa una vía hormonal en el cuerpo llamada eje hipotalámico-pituitaria-suprarrenal (HPS) (10). La activación del eje HPS está asociada con el aumento de los niveles de cortisol y de la hormona liberadora de corticotropina (HLC) (10). El eje HPS, el cortisol y el HLC ayudan a controlar la respuesta al estrés en el cuerpo (10). La liberación de HCL y cortisol puede suprimir los niveles normales de las hormonas reproductivas, lo que puede llevar a una ovulación anormal, anovulación (es decir, no hay ovulación), o amenorrea (es decir, ausencia de menstruación) (11-13). Además, los niveles anormales de HCL en el tejido reproductivo se han asociado con resultados negativos del embarazo, como el nacimiento prematuro (11).

La investigación sobre el estrés y el ciclo menstrual

El estrés por eventos extremos o traumáticos se ha relacionado con cambios dramáticos en la menstruación normal (11). La guerra, la separación de la familia y la hambruna se han vinculado anecdóticamente a la amenorrea en los informes médicos y epidemiológicos (14–16). Aunque estos estudios e informes de casos son informativos, no son científicamente rigurosos y no pueden descartar otros factores asociados, como la malnutrición, que se producen durante la guerra u otros acontecimientos trágicos. El abuso físico, emocional y sexual se ha asociado con el desarrollo del síndrome premenstrual (SPM) (17) y el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) (18). El trastorno de estrés postraumático (TEPT) también se ha asociado con el TDPM (19).

El estrés de la vida diaria también puede afectar a la duración de tu ciclo.

En un estudio sobre el estrés en las enfermeras se encontraron asociaciones entre el alto estrés y la anovulación, así como entre el alto estrés y los ciclos más largos (20), aunque estos hallazgos pueden deberse en parte a la rotación del trabajo por turnos (trabajo nocturno), que es común en las enfermeras (21). Por el contrario, los trabajos de alto estrés se han asociado con ciclos más cortos (22).

Estos estudios pueden haber encontrado resultados diferentes porque el estrés de los participantes en el estudio puede no haber sido igual. Las diferencias en el nivel y la duración de la exposición al estrés podrían hacer que el cuerpo de las personas respondiera de diferentes maneras. Por ejemplo, en un estudio, las personas perimenopáusicas (que se acercaban a la menopausia) con alto estrés no tenían más probabilidades de tener ciclos alterados que las personas con bajo estrés después de un año; sin embargo, el alto estrés estaba vinculado a ciclos menstruales más cortos después de dos años (23), lo que indica que los síntomas pueden no presentarse inmediatamente.

El dolor menstrual también se ha asociado con el estrés.

Dismenorrea (es decir, menstruación dolorosa) se ha relacionado con el trabajo en empleos de poco control, inseguros y con poco apoyo de los compañeros de trabajo (24). El estrés del mes anterior también puede afectar la frecuencia de la dismenorrea (25), por lo que es posible que una persona no experimente una menstruación dolorosa como resultado del estrés hasta su período al mes siguiente. Las personas con antecedentes de dismenorrea pueden ser más propensas a experimentar este efecto (25). Del mismo modo, las personas que experimentaban estrés en una etapa anterior de su ciclo tenían más probabilidades de presentar síntomas graves durante el período anterior a la menstruación y durante ésta (26).

Como ya se ha mencionado, los diferentes efectos del estrés pueden deberse, en parte, a la oportunidad. Se ha informado de un mayor estrés durante la fase folicular (es decir, el desde el primer día de la menstruación hasta la ovulación) se ha asociado fuertemente con cambios en la función reproductiva normal (25, 27). En un estudio reciente, las personas que informaron sobre el estrés preovulatorio (durante la fase folicular) tenían menos probabilidades de concebir en comparación con las personas que no informaron sobre el estrés durante el mismo tiempo (27). Esto sugiere que el estrés puede hacer que el cuerpo retrase o suprima por completo la ovulación. Esta idea se apoya en la investigación que examina la variación del ciclo menstrual.

La duración de la fase lútea (es decir, desde la ovulación hasta la menstruación) tiende a ser constante tanto entre las mujeres como en todas las personas con ciclos y períodos (28), mientras que la duración de la fase folicular tiene una asociación más fuerte con la variación de la duración total de todo el ciclo menstrual (29). Esto significa que la fase folicular, a diferencia de la fase lútea, es más probable que cambie de longitud. Por lo tanto, los efectos del estrés en la ovulación pueden ser uno de los mayores factores relacionados con los cambios en la duración del ciclo debido al estrés, aunque no está claro cómo se relacionaría esto con otros cambios relacionados sentir estrés durante el ciclo menstrual, como la menstruación dolorosa.

Un poco de estrés en la vida es inevitable, pero puedes aprender a manejar tu estrés.

El ejercicio, el sueño reparador, una dieta saludable, la confianza en los amigos y la familia y las actividades sociales saludables pueden reducir potencialmente los efectos del estrés en la salud (4–7, 30).

El estrés que causa cambios a largo plazo en su estado de ánimo o en el sueño o que causa dolor físico crónico puede ser grave. Si experimentas altos niveles de estrés crónico, puedes considerar hablar con tu proveedor de atención médica.

¿No sabes si el estrés está afectando tu ciclo?

La mejor manera de cuidarte es conocer tu cuerpo. Clue puede ayudarte a hacer un seguimiento de tu estrés en las siguientes categorías:

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