Ilustración de un coronavirus representado en un ciclo menstrual.

Ilustración: Marta Pucci

Tiempo de lectura: 6 min

¿El Coronavirus (COVID-19) afecta los períodos o la salud de los ciclos?

Estos son algunos hechos, referencias y consejos basados en evidencia científica sobre cómo manejar el COVID-19 si eres una persona que menstrua.

*Traducción: María Fernanda Ojeda

La pandemia del COVID-19 ha estado afectando la salud y las decisiones de personas en todo el mundo desde desde principios de 2020. Mientras nos hemos visto obligadas a cambiar partes de nuestras rutinas, las personas que menstrúan saben que el periodo no ha sido detenido por la pandemia.

Puede que hayas escuchado que el COVID-19 y el estrés de la pandemia afecta la predictibilidad del ciclo o puede que lo hayas experimentado personalmente. Si has notado últimamente algunos cambios en tu ciclo, es posible que la pandemia haya tenido que ver con ello. Echemos un vistazo al COVID 19 y cómo está afectando a las personas con periodo.

¿El estrés de la pandemia puede afectar mi periodo?

En internet hemos visto anécdotas que reportan que el estrés de la pandemia se manifiesta en algunas personas a través de cambios en su ciclo menstrual. No necesitas tener una infección activa de COVID-19 para que tu periodo se vea afectado por la pandemia. Vivir en una pandemia puede ser una experiencia estresante para cualquiera. En general, el estrés puede influenciar la duración del ciclo, los patrones de sangrado vaginal, el dolor de los periodos y los síntomas premenstruales (1).

El estrés de lidiar mental, física y económicamente con los cambios del año pasado ha afectado a mujeres y a personas con ciclo desproporcionalmente. Aunque los hombres tienen un riesgo más alto de muerte y complicaciones por el COVID-19 que las mujeres (2), la pandemia ha sacado a la luz las disparidades de género relacionadas con la inequidad en el sistema de salud y de apoyo social. También, las personas no binarias y trans han sido afectadas por la pandemia y pueden ser más vulnerables al COVID-19 (3).

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Los cambios en las relaciones laborales han recaído, en gran medida, en los hombros de las mujeres, incluyendo el desempleo, la ausencia de sistemas de cuidados infantiles, la educación virtual y la potencial exposición al COVID-19 en el trabajo. De acuerdo con Census Bureau (Oficina del Censo de Estados Unidos), el 73% de las trabajadoras de atención médica se identifican como mujeres. También, otras trabajadoras domésticas y cuidadoras formales e informales, que es un grupo compuesto mayoritariamente por personas de color e inmigrantes, son mayoritariamente mujeres (5). Estos trabajos incluyen personal de enfermería, limpieza, cuidado de ancianos. En muchas ocasiones estas personas tuvieron que continuar trabajando en medio de la pandemia. Incluso, antes de la pandemia, mucha de estas trabajadoras son empleadas bajo malas condiciones laborales, con largas jornadas de trabajo y a menudo sin un seguro de desempleo.

La pandemia ha afectado más a mujeres que hombres: el 11% de mujeres en Estados Unidos son desempleadas en comparación con el 4 % de los hombres (6). El desempleo y el subempleo en Estados Unidos implicó la perdida de los beneficios, como la de un seguro de salud, y dificultades para acceder al sistema de salud. Las mujeres de color y las inmigrantes corren mayor riesgo de no tener un seguro de salud (5).

Incluso con un seguro de salud, el acceso al sistema de salud en la mayoría de los países ha sido limitado. Especialmente, las personas embarazadas han estado estresadas durante la pandemia y por una buena razón: el embarazo trae el aumento de riesgo por síntomas severos de COVID-19 (7), así, como la carga emocional de las políticas de restricción de visitantes desde que empezó la pandemia (8). Cerca de un tercio de las mujeres en Estados Unidos han reportado que no pueden acceder a atención medica reproductiva y sexual incluyendo a anticonceptivos; los porcentajes más altos los tienen mujeres negras, latinas, personas LGBTQIA y mujeres con bajos ingresos, que luchan por acceder a este tipo de atención (9). También, el acceso al aborto ha sido restrictivo en la pandemia (9). La violencia doméstica y la violencia de género se ha intensificado desde el año pasado (9).

En pocas palabras, las mujeres y las personas con ciclo están lidiando con mucho ahora mismo. Además de todos los factores estresantes generados por los cambios en el trabajo y en la casa, se le suma el estrés de tratar de evitar infectarse o de perder a un ser querido por el virus.

Si te sientes con ansiedad e incertidumbre, debes saber que tus sentimientos son totalmente normales y válidos.

¿El COVID-19 puede afectar mi periodo?

Todas las personas están lidiando el estrés de la pandemia y algunas están afrontando el contagio por el COVID-19. Una persona que contrae COVID-19 puede tener cambios notables en su ciclo menstrual. Hasta ahora, las y los investigadores no están exactamente seguros sobre el porqué o cómo el virus cambia el ciclo. Una teoría es que el estrés de contraer el COVID-19 puede conducir al cuerpo a cambios en el ciclo menstrual. Un estudio de 2020 evaluó los patrones menstruales de personas contagiadas por el COVID-19 y encontró cambios significativos en el ciclo. En este estudio, la mayoría de las personas reportó no tener diferencias en el volumen del periodo, sin embargo, el 20% reportó un decrecimiento en el sangrado (10). Las personas con enfermedades graves ocasionadas por el virus tenían más probabilidades de tener ciclos menstruales largos, es decir, ciclos de más de 28 días (10).

Por otra parte, según el momento del ciclo en que te encuentres, si estas infectado con el COVID 19 podrías tener síntomas más o menos intensos. La intensificación de muchas condiciones, como asma y migrañas, es común durante la fase lútea del ciclo (11). Las investigaciones señalan que puede haber fluctuaciones en los niveles de la hormona estrógeno que pueden influir en las células inmunes del cuerpo, lo que puede provocar que aparezcan o empeoren sintomas de algunas enfermedades (11). Al mismo tiempo, las hormonas pueden intensificar los síntomas del COVID-19.

Es probable que la infección del COVID-19 influya en tu periodo y, del mismo modo, la menstruación puede influir en los síntomas del COVID-19. También, es posible experimentar estrés por la pandemia o por el contagio del COVID-19 y no tener cambios sustanciales en tú ciclo. Son escasas las investigaciones que se han hecho para determinar exactamente cómo el virus y el ciclo interactúan; es necesario realizar más investigaciones que indaguen en profundidad sobre este tema.

Cómo saber si el contagio por el COVID-19 o el estrés de la pandemia está influyendo en mi ciclo

Puedes monitorear cualquier cambio, dolor, volumen y duración de tu ciclo haciendo seguimiento de estos síntomas en la aplicación de Clue. También puedes hacer seguimiento de algunos síntomas que pueden corresponder a una infección de COVID-19 como energía, sueño, temperatura, digestión, heces y dolor. Hacer seguimiento puede ayudarte a identificar cualquier cambio en el patrón de tu ciclo y observar en qué momento de tu ciclo sientes determinados síntomas.

El equipo de Clue está aquí para ti. Si estás buscando más recursos, puedes encontrar mucho más en nuestro Twitter, Facebook, TikTok y Instagram.

Originalmente publicado el 20 de marzo de 2020

una ilustración de la flor de Clue
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